El pasado que será…
Hola amigos, ¿qué tal estáis?
Nuestro café juntos me ha encantado. Aunque sigo sabiendo poco de cada uno de vosotros. No sé por qué problemas estáis teniendo, no sé si estáis luchando contra alguna enfermedad, si ha habido cambios en vuestras circunstancias personales…
El título que veis arriba está bien escrito aunque os pueda chocar. El pasado se repite, y se repite por nuestra ceguera, por ver lo que estamos preparados para ver.
Es curioso como, por ejemplo, en ciertas pruebas de observación acerca de una escena de una fotografía, cómo se nos pueden escapar tantas cosas. Y cómo alguien es capaz de saber en qué es más probable que nos fijemos.
Eso lo es todo, eso lo explica todo. El por qué los anuncios para vender productos son como son, ¿todavía crees que compras lo que quieres? Solo sería así si no vieses absolutamente ningún anuncio en ningún lugar, ni en televisión, ni en internet, ni en la calle…. Ninguno. Y eso es realmente complicado.
Lo que se supone debe ser solo información de que un producto existe se convierte en casi una obligación que tu inconsciente percibe como una necesidad real.
¡Imposible!, me dirás. Puede que no me creas pero piensa, ¿realmente crees que se pagaría tanto dinero por la publicidad si no sirviese para nada? O tal vez tu ego te lleve a afirmar que tú eres diferente, que no te dejas engañar porque tienes tu autoestima muy bien asentada ¿De verdad? Entonces, ¿por qué tantos decimos lo mismo mientras las empresas y marcas comerciales siguen apostando por sus anuncios?
No le des más vueltas, este sistema está tan implantado que ni siquiera somos capaces de verlo.
Solo ciertas personas se libran de este dominio ¿Sabéis de quién hablo? Sí, de nuestros TEA, de nuestros seres únicos. Y no de todos, solo de los que menos capacidades tienen, de los que menos atención prestan a la televisión y anuncios en general.
Mi hijo es muy especial para ciertos alimentos. No ve televisión y no se fija en los anuncios, pero de esta misma manera te digo que si le ofreces un yogur de “marca blanca” te lo va a rechazar. En este caso él es objetivo y sabe diferenciar lo bueno de lo mejor, lo bueno de lo mediocre.
Y en este desbarajuste de sociedad donde somos utilizados sin ser conscientes resulta que cada vez estamos peor mentalmente ¿Cómo es esto posible? ¿Es que el sistema nos enferma?
Tal vez suene revolucionario pero el caso es que eso es exactamente lo que sucede. Se intenta modificar nuestra esencia, lo que somos, lo que deberíamos ser. Se nos “modela” a imagen de una sociedad que se mueve en el consumo y el mercantilismo. En el silencio y en hacer lo que la mayoría hace sin cuestionar, sin analizar.
Caminamos por inercia y cuando algún problema se presenta ya no sabemos cómo actuar. Estamos tan acostumbrados a que respondan por nosotros que nos sentimos solos, desvalidos, incapaces de encontrar soluciones, ni siquiera plantearnos si tenemos las estrategias dentro de nosotros suficientes para superar esos problemas.
La primera reacción que nos asalta es el pánico. Somos niños malcriados a los que sus padres, es decir, la sociedad, han sobreprotegido impidiendo que aprendan por sí mismos. Y hemos dejado que nuestra semilla interior se seque dentro de nosotros sin que llegue a germinar. Actuamos por costumbres, por creencias, por hechos que sucedieron en el pasado y que se convertirán en el futuro.
Si siempre actúas del mismo modo, los resultados que obtendrás serán los mismos. El pasado se convertirá en el futuro.
Los antidepresivos, los ansiolíticos y los somníferos son los medicamentos más comunes y que más se recetan hoy en día. Es triste que prefiramos tomar una pastilla a preguntarnos y analizar por qué la necesitamos. Es triste pero como ya todo el mundo dice, “no pasa nada, lo toman muchos, no hace daño”.
Tal vez no te haga daño físicamente aunque te dormirá, pasarán los años repitiendo conductas, repitiendo sufrimientos innecesarios y rechazando la satisfacción personal. Seguirás diciendo esa frase que personalmente odio de corazón y que escucho continuamente: “esta vida es una mierda”.
Limpia tu mente y tal vez encuentres el tesoro que es la vida, tu vida, la vida de los tuyos.
Si realmente quieres sentirte en paz contigo mismo, no desperdicies quien eres y ten mucho cuidado con lo que tu inconsciente aprende.
Si aspiras a ser feliz solo debes ser sincero contigo mismo.
Si debes engañarte que sea para que tu inconsciente se convenza de que eres la persona más valiosa del mundo. Y realmente lo eres, solo que no te lo crees. Deja de ser juez de ti mismo.
El mundo no sería el mismo si tú no estuvieses en él, faltarían tus opiniones, tus actos, todo lo que tú eres. Y cuanto más te expreses, más valor dejarás aquí.
“Una gota de agua no es el océano, pero el océano no sería el mismo sin esa gota de agua”, María Teresa de Calcuta.
Sé quien eres, nada más, nada menos.
Muchas gracias a todos.
Rocío Testa Álvarez.