Mañana moriré ¿A alguien le da miedo el tema de la muerte? Si es así, le recomiendo de corazón que lea este artículo, que medite acerca de ello, y si conoces a alguien que tenga este temor compártelo con esa persona porque tal vez pueda servirle de ayuda. Mi propósito de vida es ayudar con lo que escribo y espero que así sea, solo con que una sola persona se sienta mejor después de leer estas palabras es para mí más que satisfactorio.
Hola a todos, he escogido este tema porque estamos a final de año, el año morirá y, como siempre que algo se muere, algo nuevo nace, renovado y mejor. No sé cuándo me moriré, lo que sí sé es que el día que suceda podré decir que me hubiera gustado hacer más pero que no me arrepiento de nada de lo que he hecho.
Un dicho muy divulgado es el de “todo tiene solución menos la muerte”. Este es un tema tabú para mucha gente que prefiere no pensar en él mientras que otros se apegan tanto a la vida que mueren cada segundo que respiran pensando en que tal vez tengan ya una grave enfermedad. Unos y otros se olvidan de vivir, se olvidan de disfrutar de un amanecer, de la sonrisa de sus hijos, de los momentos buenos que tienen. El día de su muerte es cuando realmente se dan cuenta de lo desgraciados que han sido por no haber aprovechado tantos años, meses, días y segundos que tuvieron para hacer realidad sus deseos. Realmente, el tiempo que se nos regala en este mundo es un regalo muy valioso que desperdiciamos sin ser conscientes. Lo único que no vas a poder recuperar son los días que ya han pasado por tu cuerpo. Tal vez no sepas el día exacto de tu muerte pero sí que en este preciso momento respiras, puedes moverte, puedes hacer lo que quieras, ¿a qué esperas para aprovechar tu regalo?
Lo que más temes es lo que acaba sucediendo. Somos mucho más poderosos de lo que llegamos a saber, somos capaces de hacer realidad nuestro mayor miedo ¿A quién no le ha pasado que le ocurra eso a lo que precisamente le tiene más terror? No es casualidad, no es el destino, eres tú mismo ¿Quién no ha oído decir eso de que “murió de la manera que más temía”? Sé que muchos no me creerán, no tienen que hacerlo, sus vidas, sus experiencias hablarán por ellos. Cuanto más conscientes de esto seamos, más fácil resultará nuestras vidas. Mi mayor temor es… Sea el que sea prepárate para enfrentarlo, para que cuando llegue no solo no te pille de sorpresa sino que tengas armas efectivas para afrontarlo. Huir de lo que nos asusta no sirve de nada y, más tarde o más temprano, acabará sucediendo. Así que, la solución está clara o, ¿aún existe alguna duda?
Lo que realmente nos asusta no es la muerte, es el miedo a lo desconocido. Es más fácil mantenerse en lo que conocemos. Si somos objetivos, ¿por qué tener miedo a morir? Si después no somos nada, no vamos a sufrir. Si nos reencarnamos, volveremos a la vida. Si vamos al cielo o como prefiráis llamarlo, entonces estaremos felices… ¿Dónde está el miedo?, ¿miedo a qué?, ¿a no sentir?, ¿ a ser felices?.
Mi mayor miedo es ahogarme, quedarme sin aire, y desde hace unas semanas ese miedo es menor, ¿por qué?, porque cierto día conducía por una autopista, bebí un sorbo de agua, solo que en vez de bajar refrescando la garganta resulta que se coló por donde no debía. De pronto me encontré con que el aire no me llegaba, mi nariz estaba bloqueada y por mi boca apenas entraba un hilito de aire. Por unos segundos entré en pánico. Reaccioné, frené, puse las luces de avería y me metí en el arcén aunque sin llegar a detenerme de todo. Me obligué a mantener la calma, aquello pasaría, y dejé de luchar, simplemente me dejé llevar. Muy poco a poco comenzó a llegar más aire hasta que por fin la nariz se descongestionó. Aún hoy no entiendo cómo pudo pasarme algo tan extraño, sin embargo he descubierto que no sirve de nada luchar contra lo que te está sucediendo. Lo que ha de pasar acabará sucediendo, con lucha o sin ella.
Sea lo que sea lo que tengas en tu presente siempre habrá algo con lo que puedas disfrutar. Seas ciego, sordo, ambas cosas, estés enfermo, incluso postrado en una cama… Tu mente es libre, tu mente no depende de tu cuerpo para disfrutar de lo que eres, de lo que tienes, de lo que puedes ofrecer. Mientras seas, y seas consciente de que puedes encontrar tu sonrisa en tu interior, nada te hará sentirte desgraciado. El miedo es inevitable pero superarlo depende de nosotros.
Los padres y madres que, como yo, tenemos un hijo más indefenso por culpa de alguna enfermedad, sufrimos por lo que les sucederá cuando nosotros ya no estemos para cuidarles. Esto puede doleros, pero sed conscientes de que vuestros hijos se defenderán, aparecerán las personas adecuadas para cuidarles y darles lo que necesitan ¿Cómo lo sé? En primer lugar por mi propio hijo, siempre he dicho que él tiene suerte, ha tenido los mejores profesionales, los mejores cuidadores, los mejores médicos. Solo que no ha sido suerte, él se la ha buscado. Él, a su manera, pide y le es sido otorgado. No tiene maldad, no tiene creencias erróneas, él solo quiere estar bien y se deja ayudar por quienes sabe que lo pueden hacer.
Así pues, descargaros de vuestras espaldas esa gran responsabilidad, solo preocuparos de no entorpecer su desarrollo y su futuro, porque ese, deben escribirlos ellos. Solo debéis preocuparos por vuestro bienestar para que ellos aprendan que se puede ser feliz, porque vosotros sois felices. Seguirán vuestro ejemplo sea la dificultad que tengan si la tienen y si no la tienen también.
La felicidad igual que la tristeza se contagian y se aprenden. Así pues, ¿qué le enseñaréis a vuestros hijos?
Sed felices, no luchéis contra lo que no conocéis y aprended, siempre, todos los días, de todo los sucesos que os ocurran y nunca os escondáis a la verdad. El miedo solo es niebla etérea tras la cual se encuentra la luz del sol. Si camináis con precaución la hallaréis. Y superado el miedo ya no queda sino la paz.
Felices fiestas y gracias por seguir mis palabras.
Rocío Testa Álvarez.